¿Cómo están respondiendo las organizaciones lideradas por jóvenes a las crisis actuales en el sistema de ‘ayuda’ internacional?
En medio de profundos recortes de financiamiento y narrativas cada vez más hostiles hacia las poblaciones migrantes y desplazadas, especialmente en los últimos meses, las organizaciones comunitarias, particularmente aquellas lideradas por jóvenes, se han visto obligadas a adaptarse, resistir y desarrollar nuevas formas de acción.
Colaboración en Cuestiones Globales de la Infancia, Universidad de Georgetown Fondo Global para la InfanciaEste complejo escenario requiere una reflexión más profunda. El seminario web Juventud Liderando el Cambio: Respuestas y Recomendaciones para un Sistema de Ayuda Fallido, co-patrocinado por Kuja, el Collaborative on Global Children’s Rights Issues de Georgetown University el Fondo Global para la Infancia (GFC), reunió a tres jóvenes líderes para compartir las estrategias y respuestas de organizaciones lideradas por jóvenes ante las crisis actuales del sistema de cooperación internacional, centrándose en sus fortalezas, lecciones aprendidas y perspectivas sobre el futuro. Esta publicación destaca sus ideas sobre la defensa de los derechos de los y las jóvenes en medio de las crisis actuales y proporciona recomendaciones clave para entidades donantes y financiadoras que buscan tener un impacto significativo.
Construyendo sostenibilidad desde adentro
Ante los efectos acumulativos de los recortes presupuestarios y la reducción del apoyo internacional, muchas organizaciones lideradas por jóvenes han tenido que encontrar formas creativas de sostener su trabajo. Adoptar nuevos modelos de sostenibilidad, como el emprendimiento y la recaudación de fondos liderada por la comunidad, ha sido crucial para mantener a flote a las organizaciones locales.
Para mitigar la volatilidad del actual sistema de cooperación internacional, Wardah Noor, fundadora y CEO de xWave Pakistan, enfatiza la importancia de reducir la dependencia y generar sus propios ingresos. Su equipo respondió a los recortes en la financiación lanzando un banco de servicios y construyendo un motor de ingresos basado en el emprendimiento comunitario. Este enfoque les ayudó a continuar con sus programas locales e iniciativas de mentoría juvenil, incluso si eso significaba trabajar con menos recursos y un alcance reducido.
Basándose en su experiencia, anima a las pequeñas organizaciones a desarrollar sistemas autosostenibles y generadores de ingresos como una forma de hacer frente a las consecuencias de los recortes de financiación. Más allá de ser una estrategia de adaptación a corto plazo, este enfoque también es una oportunidad para prepararse para el futuro. Recomienda que los financiadores y las ONG internacionales incluyan apoyo financiero para fortalecer la capacidad institucional de las organizaciones:
"Necesitamos desarrollar nuestra capacidad para estar preparados para crisis como estas, y lo mismo ocurre con los financiadores. Si las organizaciones necesitan fortalecer esa capacidad, entonces los financiadores deben apoyarlas. Cuando esta crisis haya terminado, o pase el tiempo y surjan nuevas perspectivas, esas subvenciones deberían tener un componente fijo donde los financiadores dediquen una parte a fortalecer la capacidad de la organización—de los fundadores, el equipo o el liderazgo—para que puedan responder a tales crisis. Así que creo que el desarrollo institucional—y no solo la ‘construcción de capacidad’ en términos de capacitación, sino gastar una parte del presupuesto en reforzar las capacidades institucionales—es necesaria en el futuro."
Sin embargo, para desarrollar estas respuestas, las organizaciones necesitan subvenciones más flexibles y relaciones basadas en la confianza con los financiadores. De esta manera, las organizaciones lideradas por la comunidad pueden tomar decisiones basadas en sus prioridades y fortalecer sus instituciones más allá del alcance de la financiación de proyectos.
Wardah también invita a las ONG internacionales y a los donantes a actuar como conectores, no solo como financiadores, ayudando a abrir nuevas puertas y expandir redes: "Pueden presentarnos a más personas que están interesadas en causas como la nuestra (...) para que las organizaciones juveniles de todo el mundo puedan seguir haciendo su trabajo."
El impacto de narrativas anti-migrantes
Otro tema clave que se planteó durante la conversación fue el aumento de las narrativas anti-personas migrantes y refugiadas, y cómo estas amenazan la financiación y las operaciones diarias de las organizaciones dirigidas por jóvenes que trabajan con comunidades migrantes, refugiadas y de acogida.
Como explica Krista Rivas, líder global de la Red de Estudiantes Refugiados de Educación Superior (TRSN), estas narrativas están teniendo un profundo impacto en su trabajo: "Profundizan las barreras para acceder a servicios y aumentan la desconfianza y el rechazo. Al final, las personas están expuestas a nuevas formas de violencia simplemente por haber sido forzadas a abandonar su país." Estos discursos no solo refuerzan la discriminación en el terreno, sino que también comienzan a cerrar las puertas al financiamiento, limitando la capacidad de las iniciativas lideradas por jóvenes para continuar su trabajo.
En el campo de la educación, los donantes, las ONG internacionales y los responsables de políticas deben hacer más para apoyar el acceso a la educación superior para los jóvenes desplazados y refugiados. Como enfatiza Krista, el acceso no solo consiste en ingresar a la universidad, sino de justicia, dignidad y oportunidades futuras. La educación superior no debe verse como algo aislado, sino como un medio hacia el crecimiento, la contribución y la inclusión a largo plazo. Una de sus recomendaciones clave es el desarrollo de políticas inclusivas que reconozcan a las personas migrantes como un recurso estratégico. La educación superior puede contribuir al ofrecer oportunidades reales a los y las jóvenes desplazados/as, beneficiando no solo a los individuos, sino también a las sociedades anfitrionas.
"Algo fundamental para los inversores, organizaciones y todos los que pueden involucrarse es que necesitamos una visión a largo plazo. Los y las jóvenes refugiados/as no estudian solo para sí mismos/as; estudian para contribuir, para liderar, para regresar y reconstruir, o para quedarse e invertir en las comunidades que los acogieron. Esta es verdaderamente una inversión con un retorno garantizado. Pero para que eso suceda, los gobiernos y las organizaciones internacionales deben dejar de vernos como una carga o una estadística y comenzar a vernos por lo que somos: un recurso estratégico. Tenemos un verdadero potencial para apoyar el desarrollo. Ningún país puede crecer sin invertir en su juventud—y eso incluye a aquellos de nosotros que nos vimos obligados a cruzar una frontera."
Adultocentrismo y el papel de la participación juvenil
El adultocentrismo es otro gran desafío. Los donantes y las ONG internacionales deben cambiar su enfoque en la toma de decisiones, priorizando el liderazgo y la participación juvenil significativos.—no solo durante la implementación del proyecto, sino también en las etapas de diseño, presupuestación y establecimiento de políticas. Este cambio implica reconocer el papel clave que desempeñan las organizaciones lideradas por jóvenes: están más cerca de las comunidades, comprenden los riesgos y, a menudo, son el primer punto de contacto para quienes lo necesitan.
Kimberly Barrios, vicepresidenta de Jóvenes Artistas por la Justicia Social (Guatemala), explica que uno de los principales desafíos que enfrentan las organizaciones lideradas por jóvenes es la falta de reconocimiento: no se considera a los y las jóvenes como actores válidos en los espacios de toma de decisiones, a pesar de constituir una parte significativa de la población (alrededor del 50% en Guatemala, por ejemplo).
Además, muchos/as jóvenes sienten que las organizaciones tradicionales de la sociedad civil no les representan, lo que les impulsa a crear sus propias formas de organización. Las brechas generacionales en metodología y cultura también representan un desafío. Un ejemplo es el artivismo, que, según Kimberly, con frecuencia, no es reconocido o incluso es criminalizado como una forma legítima de expresión.
Al igual que Krista, Kimberly enfatiza la importancia de ser escuchadas: "No necesitamos que los donantes impongan sus ideas cuando conocemos nuestros territorios y entendemos nuestras necesidades. Pero podemos construir nuevos procesos juntos, nuevas formas de trabajar y mejores maneras de apoyar a quienes más lo necesitan."
Un llamado a una mayor flexibilidad
Ante la crisis política, la desigualdad, el desplazamiento forzado y las débiles respuestas de los gobiernos locales y nacionales, muchas organizaciones lideradas por jóvenes han recurrido a la cooperación internacional. Este apoyo ha sido clave para el crecimiento de los movimientos juveniles. Sin embargo, como hemos visto a lo largo del año, el panorama de la financiación internacional está experimentando cambios significativos. En este contexto cambiante, la flexibilidad se vuelve cada vez más importante.
Entre las limitaciones del financiamiento tradicional, Kimberly destaca que los donantes más institucionalizados (a pesar de su valioso y comprometido trabajo) habitualmente imponen condiciones rígidas, ya que financian solo acciones específicas, dejando poco espacio para el uso estratégico o flexible de los recursos. Como resultado, las organizaciones juveniles enfrentan muchos obstáculos por prepararse para contextos de crisis, innovar o responder rápidamente a necesidades cambiantes.
También señala que esta rigidez a menudo deja de lado temas que son centrales en la vida de los jóvenes. En Guatemala, por ejemplo, el arte sirve como una herramienta clave para la expresión pacífica y la transformación social; sin embargo, sigue siendo subestimado por muchos donantes importantes.
Otra recomendación clave es hacer que el sistema de cooperación internacional sea más accesible. Muchas iniciativas lideradas por jóvenes están excluidas debido a barreras como convocatorias solo en inglés, requisitos de registro legal y trámites complejos. Procesos más simples, financiamiento flexible y apoyo que respete los idiomas y contextos locales harían una diferencia significativa.
Según Kimberly, un donante flexible no solo permite que las organizaciones continúen durante tiempos de crisis, sino que también apoya el desarrollo de habilidades de liderazgo y la capacidad institucional.
También aboga por modelos flexibles, que permiten a las organizaciones explorar diversas actividades, como invertir en arte, utilizar métodos creativos y desarrollar procesos comunitarios fuera de los formatos tradicionales.
"Nosotras (organizaciones lideradas por jóvenes) estamos aprendiendo de nuevas maneras—nuevos métodos, nuevas formas de enseñar… Creo que es clave que los donantes superen la idea de que el aprendizaje tiene que ocurrir en hoteles o salas de conferencias. Puede suceder bajo los árboles, en comunidades, en áreas remotas, donde el impacto muchas veces es mayor porque las personas se sienten a gusto en sus propios espacios. Los donantes deberían abrir sus mentes. Incluso si no pueden cambiar completamente su estructura de financiamiento, aún pueden reubicar partes del presupuesto: para apoyar capacitaciones locales, renovar una pequeña escuela en un pueblo rural, o llevar arte a esos espacios…"
Para aprender más
A lo largo de este resumen, hemos aprendido de estos jóvenes líderes que compartieron sus experiencias y valiosas recomendaciones a otras organizaciones que enfrentan desafíos similares, así como a aquellos en posición de apoyar sus iniciativas. Para saber más, te invitamos a ver el seminario web completo Juventud Liderando el Cambio: Respuestas y Recomendaciones para un Sistema de Ayuda Fallido, aquí.
Autoría: Mara Tissera Luna, con base en las presentaciones de Krista Rivas Gutierrez, Líder global de la Tertiary Refugee Student Network (TRSN); Wardah Noor, fundadora y CEO de xWave Pakistan; y Kimberly Barrios, vicepresidenta de Jóvenes Artistas por la Justicia Social (JAxJS).